La jubilación marca un hito significativo en la trayectoria de cada individuo. Es un momento de transición que conlleva consigo numerosas inquietudes, y una de las más relevantes es la conservación de la obra social.
La legislación al respecto es clara y contundente: toda persona que se jubila posee el derecho irrefutable de mantener la misma obra social que ostentaba al momento de su retiro, además de poder canalizar allí los aportes que ANSES deducirá mensualmente de su haber jubilatorio.
Este derecho no solo protege la continuidad de la atención médica, sino que también asegura una transición tranquila hacia esta nueva etapa de la vida.
A lo largo de este artículo, exploraremos detalladamente los pasos y consideraciones esenciales para llevar a cabo este proceso con éxito, brindando así la información y orientación necesarias para tomar decisiones informadas respecto a la obra social durante la jubilación.