Conclusion
La historia de la jubilada que falleció esperando una silla de ruedas nos confronta con la cruda realidad de un sistema de atención médica deficiente y deshumanizado. La falta de respuestas y la indiferencia de las instituciones han dejado una marca imborrable en la vida de Cristina Vañecek y en la memoria de su madre.
Esta historia nos invita a reflexionar y a tomar medidas concretas para asegurar que todos los ciudadanos, especialmente aquellos más vulnerables, reciban el cuidado y la atención que merecen. Es hora de cambiar esta realidad y construir un sistema que realmente proteja y valore la vida de nuestros seres queridos.